domingo, 1 de noviembre de 2009

El miedo recursivo or “The good Pipa`s tale”



Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes...”

Continuidad de los parques”

Julio Cortazar. Final del Juego.



Siempre tuve miedo a la recursividad, es más creo que el miedo existió mucho antes de que pudiera saber que era la recursividad, o quizá, exagerando, desde antes de poder comprender cualquier tipo de palabra. Si este momento estás frente la pantalla con cara de signo de pregunta y con los deditos todos juntos moviéndose para adelante y para atrás: no seas ingenuo y lento. Volví a escribir porque tu vida es demasiado buena como para que andes por la existencia leyendo cosas importantes. Y segundo, la recursividad es la forma en la cual se especifica un proceso basado en su propia definición (si, me comí a la wikipedia hace un rato). En matemática hay muchos ejemplos: el factorial, la serie de Fibonachi (Tom Hanks da fé de esto), pero tal vez es más común encontrarlo en la familia. Es típico el comentario del padre amoroso o la madre educativa que pronuncia: “Esto es así porque es así”. No se si se entiende, si las dos neuronas que el facebook no pudo eliminar me siguieron. Es la idea de estar atrapado en una serie de eventos que se repiten infinitamente antes de poder terminar. Mmm, no sé como explicarlo mejor: Tinelli, esas pesadillas.

No se bien porque me asusta esto. Tampoco quiero que algún idóneo simulador de intelectual con título de Licencidado en Psico_ _ _ _ _(complete en el espacio en blanco el nombre de su excusa para ocultar su locura y extendersela a otros) intente relacionar mi miedo con algún tipo de asquerosidad edípica. Es una tétrica situación empezar a hacer algo y cuando parece llegar al final vuelva al comienzo. Como cuando uno piensa que no va a recursar más materias y se repite la historia. O vivir condenado a escuchar el “Cuento de la buena pipa” una vez completo [si tu leve humanidad no sabe lo que es le “Cuento de la buena pipa” entonces lo más práctico para las generaciones futuras sería el liso y llano suicidio (si sos tan frágil e ingenuo como para no entender que eso último era un chiste, sería mejor que dejes de leer este post y cualquier cosa que se te pase por los ojos)]

Es horrible pensar que la vida puede llegar a ser recursiva, que tal vez cuando la parca llegue nos de una patada en el trasero y no dejé en un mundo paralelo en el que siempre se empezará a ver la isla de Wittys y “La ola está de fiesta” (Aclaración: tal vez solamente mi infancia sea tan homosexual). Que terrible infierno sería repetir todos nuestros actos, pero esta vez con conciencia. Todas las veces desear que Willy salte alto, o esperar estúpidamente que Cambiasso meta el penal.

Tal vez ya vivimos este momento y ni yo ni usted tuvimos la valentía para detener la farsa y dejar de esperar que el final que se avecina, que estas letras desparramadas a lo bruto, contengan algo que le cambie completamente la existencia. Quizá eso es imposible, cambiar algo, detener el mecanismo. Imponer la condición de corte.

Podría seguir redondeando la idea, llenar líneas con pavadas e intentar dar un vuelco con intención de culminar el texto de una forma ordenada y con un intento de desenlace. Pero es justamente ese el problema de mis miedos, el desenlace será el comienzo. El “loop” empezará ( ¿o seguirá?) siendo infinito y la idea del “cielo” será solo una secuencia prohibida.


Siempre tuve miedo a la recursividad, es más creo que el miedo existió mucho antes de que pudiera saber que era la recursividad, o quizá, exagerando...